Madrid, Teatros del Canal “La Corte del Faraón”

Madrid, Teatros del Canal
LA CORTE DEL FARAÓN
Opereta bíblica en un acto y cinco cuadros. Libreto de Guillermo Perrín y Miguel Palacios. Edición crítica de Josep Soler.
Música de Vicente Lleó.
Lota SANDRA FERRÁNDEZ
La Reina ITXARO MENTXAKA
El gran Faraón MANEL ESTEVE
Putifar AXIER SÁNCHEZ
El casto José JORGE RODRÍGUEZ-NORTON
Sul, la babilónica ENRIQUE VIANA
Raquel INÉS BALLESTEROS
El gran sacerdote JOSÉ M. DÍAZ
Ra SOL MAGUNA
Sel GEMMA MARTÍNEZ
Ta MARIBEL SALAS
Selhá ALBERTO NÚÑEZ
Seti ARITZA RODRÍGUEZ
Bailarines JUAN CARLOS SÁNCHEZ, PEDRO NAVARRO, FRANCISCO J. LEIVA, JORGE VICEDO FRAN BAS Y ALBERTO FERRERO
Coro de la Comunidad de Madrid
Orquesta Sinfónica Verum
Dirección Musical Carlos Cuesta
Dirección de escena Emilio Sagi
Escenografía Daniel Bianco
Vestuario Gabriela Salaberri
Iluminación Eduardo Bravo
Coreografía Nuria Castejón
Nueva producción del Teatro Arriaga de Bilbao en coproducción con el Teatro Campoamor de Oviedo
Madrid, 7 de Mayo de 2014

Aprobado raspado para esta Corte del Faraón de la que, a priori, se esperaba bastante más. La Zarzuela, a la que se le considera por sus creadores una Opereta bíblica, y que reúne elementos de diferentes géneros, fue estrenada en el Teatro eslava de Madrid en 1910, y prohibida por la censura franquista posteriormente por considerarse irreverente debido a su contenido. Esta nueva producción es una coproducción del Teatro Arriaga de Bilbao y el Teatro Campoampor de Oviedo y se estrenó en Bilbao el 19 de abril de 2012. La puesta en escena de Emilio Sagi con escenografía de Daniel Bianco, deja esa marca personal de su autor, que fue fácilmente reconocible por el empleo de algunos elementos en escena, como la utilización del color, la sencillez de elementos, aunque siempre significativos o los brillos y las purpurinas. El “pero” lo ponemos al abuso del color dorado, representante del oro de la corte faraónica, que acabó saturando los sentidos. Por otro lado, se tomaron algunas licencias en la incorporación de texto hablado que no fueron del gusto de todos, rayando en ocasiones, la vulgaridad. Y no debemos confundir vulgaridad con sicalipsis, es decir, con la picardía erótica o la malicia sexual, términos a los que alude el concepto sicalíptico con el que se encuadró la obra en el momento de su creación. Y tampoco debemos confundirlo con el tono humorístico y desenfadado que posee el género.
Adentrándonos ya en el trabajo del elenco, funcionaron en su faceta de actores aunque no tanto en la parte musical. La obra posee pasajes de gran belleza orquestal y algunos momentos de gran lirismo pero las voces, a pesar de mantenerse dentro de la corrección, no brillaron. Quizá uno de los motivos sea la mezcla de géneros que a nivel musical y escénico se engloban: zarzuela, revista, cuplé…motivo por el que parece que a los cantantes se les olvida dar su máximo potencial o adaptar su instrumento a cada una de sus partes cantadas. No obstante, la Lota de Sandra Ferrández sonó igualada y con fuerza en toda su tesitura, y se mostró divertida y sugerente en su papel de esposa insatisfecha y ardiente. Itxaro Mentxaka y Manel Esteve, cumplieron con sus cometidos de gobernantes egipcios en todos los aspectos, aunque hubiéramos deseado un poco más de enjundia vocal en ambos casos. El Casto José, el tenor asturiano Jorge Rodríguez-Norton, se lució en su famosa romanza y quizá fue la voz que pareció más cómoda a lo largo de toda la representación, con un color oscuro y sugerente, y con buena proyección. Axier Sánchez, habitual desde el 2009 en las producciones del Teatro Arriaga interpretó un Putifar que resultó más convincente escénica que vocalmente, ya que se intuía cierta incomodidad con el rol, quizá por no ser el más apropiado para sus características vocales. Las interpretaciones del también barítono José M. Díaz y la soprano Inés Ballesteros aportaron calidad y la intervención del trío de “las viudas”, Gemma Martínez, Maribel Salas y Sol Maguna, fue uno de los momentos más divertidos de toda la velada, con un aporte vocal y escénico destacado. Los cantos babilónicos y el famoso “¡Ay, Ba!…!” donde es habitual hacer partícipe al público, estuvo bien guiado por el experimentado Enrique Viana. El tenor bilbaíno Alberto Nuñez y el actor Aritza Rodríguez aportaron sus buenas dotes cada uno en su terreno, y el grupo de bailarines, nos hizo sonreír con las propuestas de Nuria Castejón. El Coro de la Comunidad de Madrid sonó igualado y con consistencia, al igual que la Orquesta Sinfónica Verum, encargada del evento. La labor de cantantes, coro, orquesta y bailarines tuvo un valor extra ya que la batuta del director musical Carlos Cuesta, hizo honor a su apellido, y puso la función cuesta arriba, debido a los lentos y tediosos tiempos que adoptó y que entorpecieron notablemente el ritmo y desarrollo de la función.  Fotos cedidas por Prensa de Teatros del Canal